La cooperación española en la protección de los buques...

Notas: Resumen: Este artículo trata sobre la cooperación de España en la protección de los buques hospital durante la Gran Guerra. Debido al elevado número de bajas que ocasionaría dicha guerra, para hacer frente a estas exigencias, se articuló un sistema de evacuación sanitaria en el que los buques hospitales tuvieron un papel muy relevante, especialmente en los escenarios bélicos más alejados; pero durante este conflicto también hizo aparición el arma submarina como instrumento habitual de la guerra en el mar; el uso indiscriminado que de este arma hicieron algunas potencias enfrentadas provocó el hundimiento de algunos buques hospitales; menos frecuentes fueron los ataques aéreos, que también los hubo. Como curiosidad, se puede decir que el primer ataque documentado fue realizado por un submarino británico, que en agosto de 1915, hundió a un buque hospital turco; ese mismo añó, la aviación británica bombardeó a otro buque hospital de la misma nacionalidad; pero a medidas que se iba incrementando el nivel operativo de los imperios centrales, fue aumentando el número de ataques contra buques de los países aliados y de sus buques hospitales. La irrupción del arma submarina en la guerra naval, de la aviación y de las armas de largo alcance habían modificado las circunstancias establecidas en los convenios que, por otra parte, que no se caracterizaron por una adecuada comprensión de la actuación de los submarinos; estos ataques ocasionaron, en algunos casos, un significativo número de víctimas; todo ello despertó un gran clamor que fue utilizado por los servicios de propaganda a través de carteles ampliamente difundidos. La situación se agravó a comienzos de 1917, tras la generalización de la guerra submarina por parte de los imperios centrales; se hundieron varios buques hospitales británicos con la justificación de que eran utlizados para fines distintos a los declarados; ante la situación caótica que se produjo entre Francia y Alemania, el rey Alfonso XIII, interviniendo como moderador, propuso la presencia de observadores españoles a bordo de los mismos para garatizar el correcto empleo de estas unidades; la propuesta fue bien aceptada por las partes beligerantes y así, desde mediados de 1917, marinos españoles embarcaron en buques hospitales de diferentes países; esa no fue la única actuación del rey a favor de los afectados por la contienda, ya que fueron enviadas varias comisiones para inspeccionar los campos de prisioneros, que llegaron a realizar unas 4.000 visitas con las consiguientes mejoras; además de esto, el rey creó una oficina en su propio palacio real para atender las demandas llegadas desde las diferentes partes del mundo; la simpatía que despertaron sus gestiones fue enorme lo mismo que el eco que tuvieron en los medios de comunicación.